lunes, 8 de diciembre de 2008

El estilo hace el texto

De la jamás vista ni oída aventura que con más poco peligro fue acabada de famoso caballero en el mundo como la que acabó el valeroso don Quijote de la Mncha
(...) Era la noche, como se ha dicho, escura, y ellos acertaron a entrar entre unos árboles altos, cuyas hojas, movidas del blando viento, hacían un temeroso y manso ruido, de manera que la soledad, el sitio, la escuridad, el ruido del agua con el susurro de las hojas, todo causaba horror y espanto, y más cuando vieron que ni los golpes cesaban ni el viento dormía ni la mañana llegaba, añadiéndose a todo esto el ignorar el lugar donde se hallaban.
El primer aspecto que llama la atención por su extensión es el título de cada capítulo. Supongo que Cervantes quiere ridiculizar aún más la situación, puesto a que en ellos utiliza formas como “buen/famoso/valeroso caballero”, “increíble/nunca vista aventura” y también porque parezca que cada aventura y suceso del hidalgo está documentado y archivado.
El estilo de Cervantes tiene influencias renacentistas notables: la armonía y equilibrio del texto, las expresiones claras y consistentes y la sabiduría y exactitud al emplear cada palabra en su lugar y no en otro.
El texto está dotado de un ritmo ligero y agradable, como el que expresaba Neruda en el libro “El cartero de Neruda”. En todo este fragmento no hay ni un solo punto, pero la lectura tiene tal vitalismo que no te das cuenta que tienes que pararte a respirar.
El lenguaje cervantino es prácticamente igual al actual; se entiende todo salvo algunas palabras que se podrían deducir por el contexto. El autor juega con otras hablas, como la de don Quijote, que tiene carácter hiperbólico, barroco y arcaísmos, imitando el estilo caballeresco. El habla de Sancho es ingeniosa y llena de refranes. Cervantes adquiere un tono cómico y burlesco.
Nos encontramos frente a una viva descripción, pero ya hemos visto que en el Quijote predomina la narración y el diálogo.
La forma narrativa de Cervantes es un ejemplo claro de la literatura que hay que seguir y un buen estilo a tener en cuenta.

Debatiendo

El Quijote siempre ha sido un libro misterioso, sobretodo por sus características atípicas frente a la literatura coetánea. El carácter y comportamiento del caballero, la esencia del libro, el mensaje que nos quiere trasmitir Cervantes y el origen del mismo… han sido y siguen siendo motivo de estudio.
El cuarto Milenio, un programa de casos paranormales, ha propuesto ciertos enigmas; a veces buscan pollo donde no lo hay, pero he creído interesante moverme en otras plataformas.
Y una vez más comprobamos la trascendencia del libro hasta nuestros días; el Quijote es ni nada más ni nada menos que la Biblia española, como expresó Unamuno.
Primera parte aquí
Segunda parte aquí

domingo, 7 de diciembre de 2008

No quemamos libros

Me ha quedado pendiente de hacer la quema de libros personal.
Siento aguar la fiesta, pero aquí no se va a quemar ningún libro...

Como dice mi compañera y amiga Marina, todo libro merece vivir, y si de él no puedes sacar cosas positivas, fíjate entonces en los errores. Pero en tal caso, yo pienso que todas las cosas, como las experiencias, son motivo de aprendizaje.
Muchas veces a final de curso me he planteado quemar libros de texto en la hoguera de San Juan, o hacerlos volar con un explosivo (educación física, tecnología, religión...) pero al final nunca he sido capaz. ¿Por qué será?

Antes era normal hacer cosas como quemar libros; las herejías, la Inquisición... se cometían muchos disparates. Seguramente ni siquiera ellos fueren conscientes de lo que hacían.
Hoy, que se ve y se hace de todo, que se consume de todo, puede que la mayoría de libros, programas de televisión, películas... tendrían que ir directamente a la hoguera, pero puede que se haya perdido la capacidad de distinguir lo bueno de lo malo, y también se respeta las preferencias particulares... que para gustos, los colores.

Lo que no debería pasar nunca es un "Fahrenheit 451" (el fahrenheit es la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde) como el que narra Bradbury en su novela de ciencia ficción, o la literatura perdida en la Alemania nazi.

De todos modos, en un futuro no haría falta quemar libros si el mundo empieza a llenarse de gente que no lee... esperemos que eso tampoco ocurre.

jueves, 4 de diciembre de 2008

El arte de Cervantes

A estas alturas, diría que estamos ya completamente quijotizadas; inmersas en la obra, a veces cuesta discernir lo real de lo imaginario y lo real dentro de lo imaginario de lo inventado; una frontera turbulenta separa todos estos conceptos con aparente facilidad.

Cuando leo, me creo que el historiador árabe Cide Hamete Benengeli es el auténtico autor del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, un manuscrito real que traducido a la lengua española, llegó a manos de Miguel de Cervantes y nos la presentó.
Entonces, el lector entra en juego; debe imaginarse que Don Quijote realmente existió y por lo tanto, visualizar sus aventuras como hechos históricos.

Según Cervantes, la obra la escribe Cide Hamete Benengeli.
Según don Quijote, sus hazañas son narradas por un mago.
Cervantes y don Quijote son dos personajes dentro de la narración.

Antes yo no creía que podían hacerse semejantes obras de arte; realmente hay personas que nacen con un talento insuperable. Miguel de Cervantes Saavedra es un artista sin igual a la hora de aplicar la metaliteratura y hacernos trabajar los sesos para poder ligarlo y descifrarlo todo.
A ver si se nos va a secar el cerebro de tanto pensar.