
Cuando recuperé mi conclusión de 2º de Eso sobre el Quijote me pareció, aparte de un poco insustancial, graciosa. A partir de ello me he dado cuenta de lo mucho que he madurado personal y lingüísticamente durante un recorrido que hasta hoy no ha durado más de 3 años.
Aunque ahora todo es un poco más abstracto, es evidente que al haber crecido, el libro ha crecido junto a mí: presentando más fronteras que cruzar, puentes de conexión y cuevas misteriosas donde adentrarme o a veces perderme; no puedo imaginar qué me deparará si me lo leo al cabo de unos años.
No sé si estoy dispuesta a leerme el libro este verano, pero el caso es que está ahora a mi alcance y creo firmemente que las ganas de hacerlo se apoderarán de mi algún día.
Ha sido un recorrido muy largo que en verdad se ha hecho corto; ahora sí puedo decir que he avanzado junto al Quijote.
Respecto a como hemos trabajado el libro, creo que ha estado muy bien. He adquirido las bases para administrar un blog (es la primera vez que me muevo en una plataforma así) y he desarrollado mi capacidad expresiva y creativa (la capacidad de sintetizar no hay manera de hallarla). Porque sin duda la literatura, como todos las artes, no está hecha para ser estudiada sino vivida. Y aquí nos hemos trabajado el Quijote a nuestra manera.
1 comentario:
Su comentario es de una madurez y solidez apabullante; sí, crecemos, maduramos y envejecemos con el Quijote. Con la literatura. Con el arte.
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