domingo, 1 de febrero de 2009

Después

Hacer una reflexión breve de una obra que da para tanto es algo tan complicado como imposible.
Cuando recuperé mi conclusión de 2º de Eso sobre el Quijote me pareció, aparte de un poco insustancial, graciosa. A partir de ello me he dado cuenta de lo mucho que he madurado personal y lingüísticamente durante un recorrido que hasta hoy no ha durado más de 3 años.
Aunque ahora todo es un poco más abstracto, es evidente que al haber crecido, el libro ha crecido junto a mí: presentando más fronteras que cruzar, puentes de conexión y cuevas misteriosas donde adentrarme o a veces perderme; no puedo imaginar qué me deparará si me lo leo al cabo de unos años.
No sé si estoy dispuesta a leerme el libro este verano, pero el caso es que está ahora a mi alcance y creo firmemente que las ganas de hacerlo se apoderarán de mi algún día.
Ha sido un recorrido muy largo que en verdad se ha hecho corto; ahora sí puedo decir que he avanzado junto al Quijote.

Respecto a como hemos trabajado el libro, creo que ha estado muy bien. He adquirido las bases para administrar un blog (es la primera vez que me muevo en una plataforma así) y he desarrollado mi capacidad expresiva y creativa (la capacidad de sintetizar no hay manera de hallarla). Porque sin duda la literatura, como todos las artes, no está hecha para ser estudiada sino vivida. Y aquí nos hemos trabajado el Quijote a nuestra manera.

1 comentario:

soldevilla dijo...

Su comentario es de una madurez y solidez apabullante; sí, crecemos, maduramos y envejecemos con el Quijote. Con la literatura. Con el arte.